Las 100 mil tabletas que entregó el presidente Luis Abinader a la UASD no solo tienen un tufillo político, sino que resucitan los viejos fantasmas que rodearon su adquisición durante la pandemia sanitaria.

Para evitar que se deterioren o no darles ningún uso lo mejor que al parecer se ha hecho es donar los aparatos para los estudiantes de la universidad estatal.

Pero la compra de los dispositivos por el Ministerio de Educación para la enseñanza virtual plantea muchas interrogantes. Por aparente falta de programación se destinaron más recursos de lo necesario para la compra de unos instrumentos que al final no se utilizaron.

Tratándose de una cantidad tan significativa se comprende que el presidente Abinader decidiera encabezar la ceremonia. Hay algunos detalles que las autoridades educativas tendrán que aclarar para despejar inquietudes lógicas.

Más aún con las denuncias y comentarios que se hicieron alrededor de la adquisición de las tabletas para implementar la educación virtual durante la pandemia sanitaria.

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Si se ordenó una investigación sobre las operaciones todavía no se conocen los resultados.