Tras los desastrosos resultados de las últimas elecciones el más connotado dirigente del PLD, Danilo Medina, ha cedido, con paso al costado, al proceso de reestructuración que se ha planteado para revitalizar ese partido.
Medina decidió no postularse a la presidencia del PLD en el congreso que la organización convocó para junio próximo para renovar sus cuadros directivos.
La misma decisión fue adoptada por el secretario general Charlie Mariotti con el objetivo de dar paso a nuevas caras e ideas más refrescantes, que sintonicen con los nuevos tiempos.
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Aunque desde que perdió el poder en 2020 el PLD ha venido de mal en peor dirigentes de la experiencia de Medina y Mariotti no pueden jubilarse en ninguna organización. Son todavía un lujo, no obstante su rostro no ser atractivo para las nuevas generaciones.
Los nuevos dirigentes no deberían, a menos que quieran exponerse a grandes infortunios, a prescindir de la capacidad, relaciones y experiencias de figuras como Medina y Mariotti, quienes incluso han sabido entender que el partido para renovarse requiere de nuevos aires.
Con el adelanto de su congreso el PLD, que con un candidato sin carisma ni discurso como Abel Martínez alcanzó un 10.39 % en las elecciones, demuestra que está decidido a luchar y no rendirse frente a los fracasos.
El partido, sin que nadie se llame a engaño, cuenta con una estructura nacional con capacidad para levantarse e incidir en el debate de la problemática política, social y económica.