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Enfoque semanal

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Las nuevas relaciones domínico haitianas.-

Por: Jerez Wisky
(katleenh487@gmail.com)

Es indudable que al tomar posesión como Presidente de la República el licenciado Luis Abinader ha dado un nuevo y sorpresivo cambio de imagen a las relaciones domínico haitianas como corresponde a dos pueblos que se dividen una pequeña isla del mar Caribe.

El Jefe del Estado nombró al licenciado Roberto Álvarez, como nuevo ministro de relaciones exteriores y el experimentado abogado y canciller de la República entendió que entre las principales tareas a su cargo estaba la optimización las relaciones entre Santo Domingo y Puerto Príncipe que venía atravesando por momento de tensión en anteriores gobiernos de ambos países.

El licenciado Roberto Álvarez es hijo del licenciado Ambrosio Álvarez Aybar quien durante muchos años fuera catedrático de la Universidad de Santo Domingo, en la docencia de la materia “Derecho Internacional público Americano” desde la década de 1940 y en 1966 formó parte del grupo de ex catedrático de la UASD que fundó la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña donde enseñó la misma materia. y donde el suscrito estudió ahí la licenciatura en Educación y fue decano de estudiantes de la misma.

Es indudable que entre Puerto Príncipe y Santo Domingo deben existir lazos diáfanos de amistad como corresponde a dos pequeños países latinoamericanos que comparten una misma isla caribeña de apenas unos 72 mil kilómetros cuadrados y donde residen unos 20 millones de personas.

Haití constituye hoy por hoy uno de los principales mercados para la producción agropecuaria e industrial de la República Dominicana y como tal merece un tratamiento a tono con esa condición, aparte de que gran parte de la población dominicana está integrada por personas provenientes del vecino estado y esto debe ser tomado a consideración.

Esto lo ha entendido bien el gobierno del licenciado Abinader que ha dado instrucciones precisas a su canciller licenciado Roberto Álvarez, para que conduzca con un tratamiento acorde con la situación que Haití representa para el pueblo dominicano.

Debemos poner oídos sordos a quienes propongan por una rivalidad que no tiene razón de existir ya que los tiempos entre 1822-1856 quedaron definitivamente atrás, al igual que los correspondientes a la ignominiosa matanza decretada por el tirano Trujillo en el año 1937 alegando un argumento fútil y sin fundamentos para aquel hecho vergonzoso de nuestra historia que costó la vida a miles de hombres, mujeres y niños del vecino Estado.

El Nacional

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