Las múltiples denuncias de depredación de las dunas de Baní, tornaban urgente la intervención de las autoridades para recuperar una valiosa área protegida.
Los frecuentes atentados ambientales daban la impresión de que la zona no tenía dolientes o que las acciones contaban con algún tipo de protección oficial.
Ahora el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha emplazado a los ocupantes a desalojar el área, entonces han comenzado las quejas y las explicaciones.
Pero las autoridades, sin necesidad de incurrir en atropellos, no se pueden dejar intimidar por los llamados padres de familias, dirigentes comunitarios ni organizaciones que defienden las ocupaciones ilegales.
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Las dunas es un monumento natural que se extiende por unos 15 kilómetros entre los poblados de Matanzas, Las Calderas y Las Salinas.
De la belleza del área se dice que no tiene paralelo, además de comprender un ecosistema de características muy especiales.
Los ocupantes emplazados para desalojo aducen que no son invasores ni están en el área protegida. Si es así, se supone que no tendrán problemas en el proceso de recuperación del monumento natural, que es impostergable.