La denuncia de Amnistía Internacional de que la aguerrida periodista Nuria Piera y otros profesionales han sido espiados con el software Pegasus no puede, por su gravedad, pasar inadvertida.
Sin una orden judicial el espionaje tecnológico de periodistas o cualquier otro ciudadano es una violación a la intimidad castigada por las leyes.
Amnistía Internacional reveló que el software, de la empresa de tecnología israelí NSO, permite el acceso pleno y sin restricciones a un dispositivo telefónico.
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Según Piera, en las tres ocasiones en que según la entidad su teléfono fue atacado estudiaba casos de corrupción relacionados con funcionarios y familiares del expresidente Danilo Medina.
Las intervenciones se registrarían el 20 de julio de 2020, el 8 de septiembre y el 1 de octubre de 2021.
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Nuria, por los escándalos divulgados en su programa, es un blanco propicio para espionaje.
Como Piera no ha recibido respuesta del informe que solicitó a la empresa israelí, las actuales autoridades, que se han desligado del espionaje, tienen que emprender una investigación para establecer responsabilidades.
Además de la intimidación el espionaje tiene muchas aristas.