Nadie ha pensado en la posibilidad de que el “fraude” producido durante el proceso electoral de Venezuela lo haya hecho la oposición, encabezada por reconocidos agentes del Departamento de Estado de Estados Unidos y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Estados Unidos quiere recuperar el control de Venezuela, un país ubicado geográficamente en un lugar privilegiado del hemisferio, con grandes reservas de petróleo, oro y otros productos no renovables que tanto necesita el imperio desde el punto de vista estratégico.
Venezuela no es Haití, que carece de todo, un pueblo fantasma donde sólo hay miseria y desolación, que no le interesa, en lo absoluto, a la comunidad internacional. La crisis venezolana no puede verse al margen del conflicto internacional geopolítico.
La guerra de Ucrania, la Organización del Atlántico Norte (OTAN), Rusia, China, Irán, Israel, Palestina, Cuba, etc. Más de 40 países ya han reconocido la victoria de Maduro, creando una correlación de fuerzas favorables. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, critica el “injerencismo”, tanto de Estados Unidos como de la famélica y desacreditada OEA.
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El gobierno estadounidense sabía que no derrotaría fácilmente a Maduro, como sabía, guardando la distancia, que los japoneses atacarían la base nadal de Pearl Harbor, matando a más de tres mil soldados norteamericanos, y no hizo nada para evitarlo, pudiendo hacerlo, con lo cual justificaron su participación en la Segunda Guerra Mundial, lanzando las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, matando a más de doscientas mil personas.
No dudo que también supiera el ataque a las Torres Gemelas, donde perdieron la vida otras tres mil personas, para justificar la invasión en Irak y la destrucción de la milenaria Bagdad, matando a más de un millón de seres humanos, como tampoco pongo en dudas que no supiera el ataque del grupo Hamas en Israel, dándole excusas para producir un holocausto en la Franja de Gaza.
Podría poner otros ejemplos históricos de atentados, golpes de Estado en casi todos los países de América Latina, como en Chile, República Dominicana, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, México, Haití, Cuba, Guatemala, El Salvador, Puerto Rico, etc., etc.
Antes de las elecciones, mucho antes, los enemigos del chavismo trabajaron para crear un clima de incertidumbre, de represión, de inseguridad, de fraude, etc., en medio de una crisis económica cada vez más angustiante para la población, creando el caldo de cultivo que justificarla la narrativa del fraude electoral que ellos mismos habían orquestado. Diseñaron todo un plan para crear una percepción contraria el gobierno de Maduro, al que presentaron como dictador, asesino, bruto, insaciable y ambicioso. Se desdibujó la imagen del presidente Maduro. Nada nuevo.