El ministro de Interior y Policía pone a prueba su autoridad al anunciar que dentro de dos meses se iniciará el reentrenamiento de los más de 38 mil agentes que conforman el cuerpo del orden.

Sería un gran paso que incluso ahorraría cuantiosos recursos al Estado, pero el desorden en la Policía es tan grande que la decisión está por verse. El propio director reveló en una ocasión que había más de 13 mil agentes que no prestan servicios, pero que cobran.

Así las cosas el botellerío en la Policía, donde contados agentes se ocupan de garantizar el orden, es de espanto y brinco. Reclutar a los policías que laboran en el sector privado, entidades públicas o se la buscan en el concho o el motoconcho no parece tan simple en un medio donde abundan los padrinos.

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Y no es ningún secreto que la misma reforma de que tanto se habla ha sido frenada por sectores dentro de la Policía que rehusan perder sus privilegios. Los cambios hasta administrativos se ejecutan con mucha delicadeza para no generar ronchas.

Si se logra la reintegración y el entrenamiento, no del total sino de más de un 75% de los agentes, Vásquez puede cantar victoria.