Cuando la seccional de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) de Bonao paralizó la docencia porque uno de sus directivos tenía que presentarse a un tribunal a responder por una acusación de difamación, esa acción fue condenada por todos los sectores sensatos de la sociedad.
Luego los maestros de Santo Domingo Este, motus propio, decidieron reducir dos horas diarias a la jornada educativa, sin importar que eso afecte más la baja calidad del aprendizaje.
Entonces ahora, como para ponerle la tapa al pomo, los maestros de una escuela básica de Barahona decidieron desde ayer suspender las clases en reclamo del arreglo de las calles de una barriada, son acciones más que provocadoras tanto al Ministerio de Educación, que no ha demostrado tener autoridad sobre los maestros, como a los padres de los estudiantes condenados a ver cada día a sus hijos con bajo rendimiento escolar, mientras los maestros cobran sus salarios sin trabajar.
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En algún momento alguien tendrá que detener esta práctica de la ADP, si realmente queremos mejorar la calidad de educación, y que escenario como el bajo desempeño de los estudiantes de Bahoruco no se reproduzca.