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“In The Heights” brilla en escena

“In The Heights”  brilla en escena

El elenco, encabezado por Javier Grullón, un momento emotivo del montaje.

Santo Domingo.- El musical ha vuelto.  Y lo ha logrado de la mejor forma imaginable, apelando a una producción internacional de marcada identidad dominicana.

“In the Heights”  es una producción con el precedente que obliga a comparar por la  inevitable como referencia de calidad de un exitoso montaje como musical y una producción de cine, que si bien no recuperó su inversión en taquilla (lo cual en términos de calidad estética no representa nada), resalta por ser parte de un proyecto de puesta en valor de las nacionalidades de América Latina y que impulsa un puertorriqueño adelantado a su tiempo: Lin-Manuel Miranda.

Pero el musical montado en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, resulta ser mucho más que lo que deviene de su notable trayectoria internacional.

 Lo que se apreció en escena fue, en primer término, el arrojo y valor de sus productores, de haberse dispuesto a estremecer nuestro escenario más noble, venciendo la paralización que generó la pandemia para este tipo de expresión escénica, restableciendo el musical en el mejor de sus niveles interpretativos.

El segundo elemento significativo es que ha representado la  bienvenida a una generación de relevo que estableció en las tablas su poder, su pasión y su entrega.  Fue un abrir generoso de puertas a nuevas estelaridades.

Esa sucesión generacional se evidenció de formas rotundas. El haber dado a Javier Grullón la responsabilidad de la producción artística, rol que por primera vez desempeñaba este talentoso joven, ha debido ser una prueba muy alta y exigente, respecto de un montaje de tantas gamas y de tanto compromiso técnico y emotivo.

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Lo que hizo Javier Grullón, primero durante las muchas semanas de producción y ensayos debió ser muy definitorio por el despliegue de intensidad y gracia de sus intervenciones y el cuidado en la armonización vocal y coreográfica a lo largo del trabajo, desde luego apoyado por Amaury Sánchez, Wadys Jáquez, Paola González y Pablo Pérez. Javier creció en escena y ha logrado establecer una marca capaz de asumir responsabilidades.

Las nuevas figuras protagónicas del musical también hicieron lo propio: Mencía Reyes (completísima por voz poderosa y envolvente, ritmo candente al bailar y notable vocalización de sus parlamentos), Diana Ramos, la voz más dulce del montaje, JJ. Sánchez, toda una revelación y Steffany Pina, que tiene una capacidad humorística que destaca. Se agrega a Alejandro Moss, Jean Luis Burgos y Erick Roque. Con sus talentos, hicieron crecer esos textos y elevaron el orgullo de ser dominicanos.

Contaron la labor de soporte de talentos de experiencia demostrada: Irving Alberti, Adalgisa Pantaleón, Diomary La Mala, Ana Rivas, cada uno de los cuales se inserta con brillantez en el montaje.

La escenografía de Yeymy Díaz, pese a ser réplica del montaje musical original, logra adaptarse a nuestro espacio, ser verosímil e inspirar el recuerdo del barrio que le otorga su nombre.