La Dirección de Pasaportes ha resuelto extender el plazo de vigencia de ese documento oficial mediante la colocación de un sellado ante el agotamiento de las libretas, lo que refleja una imprevisión que afecta a miles de contribuyentes, a los que por demás se obliga a pagar los impuestos de renovación.
El presidente Luis Abinader dispuso la remoción del director de esa institución, Néstor Julio Cruz Pichardo, a quien nombró cónsul en Panamá y en cuyo lugar designó a la licenciada Digna Reynoso, quien deberá encarar la inusitada escasez de libretas.
La empresa suplidora de libretas de pasaporte ha prometido que entregaría un primer lote de ese documento para inicios de abril ante la supuesta «sobredemanda” y a las interrupciones de suministros a nivel mundial, excusas no del todo aceptables, porque si así fuera habría escasez de documentos oficiales a todos los niveles.
Desde mediados de 2021 comenzó a normalizarse el suministro de materias primas desde los diversos centros de fabricación y exportación, por lo que no resulta válido el argumento de que la disrupción del comercio global es la causa principal de la abrupta disminución de libretas de pasaportes.
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Como si la falta fuera imputable a los contribuyentes, las autoridades han dispuesto que mediante la simple inserción de un sellado en el documento vencido se obligue al pago de impuestos igual como si fuera un cambio de libreta, con la promesa de que cuando lleguen serían entregadas sin pagar gravámenes.
La expedición y renovación de un documento oficial no debería manejarse como si fuera mercancía de ventorrillo, menos la libreta de pasaporte que funge como carta de presentación de los dominicanos en destinos migratorios, así como referencia para actos legales que requieran autenticidad de las generales del portador.
El anterior director de Pasaportes dio seguridades de que en almacenes habría suficientes libretas para entregarlas a personas que las requieran por primera vez, por pérdida o deterioro, pero llueven las quejas de ciudadanos que no han podido obtener el documento después de meses de diligencia.
Lo que ha ocurrido en la Dirección de Pasaportes ha sido el resultado de inaceptable imprevisión e inobservancia, que no ha tenido debida consecuencia, aunque sí irreparable perjuicio para la ciudadanía y para la reputación del Gobierno deteriorada por un claro comportamiento de ineficiencia.