Editorial

La procuradora general

La procuradora general

La magistrada Miriam Germán Brito ha ofrecido a la sociedad dominicana una gran lección de probidad y responsabilidad al afirmar que fue irregular impedir viajar a Estados Unidos al exprocurador general de la República Jean Alain Rodríguez.
Conforme al ordenamiento jurídico vigente sólo un juez puede disponer impedimento de salida del país de cualquier ciudadano como medida cautelar solicitada por el Ministerio Público, lo que no habría ocurrido en el caso de Rodríguez.

La procuradora general, al admitir que se trató de un proceder irregular, informó que ha dispuesto tomar las medidas de lugar para que esa situación no se repita, “incluyendo aspectos disciplinarios”, porque su interés es que las normas del debido proceso sean aplicadas a todos los ciudadanos sin importar quien sea.

Rodríguez abordó el jueves un avión con destino a Orlando, Florida, después de pasar todos los controles migratorios, aparato que tuvo que devolverse por alerta de avería, pero autoridades impidieron al exfuncionario viajar en otro vuelo, sin que esa decisión emanara de un juez.

Resulta que, a inicios de su gestión, la magistrada Germán dispuso que fueran levantadas las llamadas “alertas migratorias”, que en la práctica surten efecto de impedimentos de salida dispuestas por autoridades de Migración o de organismos investigativos.

El impedimento de salida a Jean Alain Rodríguez al parecer tuvo su origen en un “alerta migratoria”, por alguna instancia extrajudicial, a pesar de que la procuradora general había prohibido esa práctica por considerarla violatoria de la ley.

Al otro día de prohibir esa práctica ilegal, “dos funcionarios que no son del área judicial” visitaron el despacho de la procuradora, ante lo cual la funcionaria se hizo acompañar de los procuradores adjuntos Yeny Berenice y Wilson Camacho, además del director de Migración, para reiterar a los visitantes que “las alertas migratorias” quedaban sin efecto.

El documento emitido por la magistrada Miriam Germán en el que admite que fue irregular el impedimento de salida contra su antecesor y revela violaciones a su decisión de prohibir la emisión de emitir “alertas migratorias”, es demostrativo de su valor, reciedumbre y entereza, que merece ser reconocido por toda la sociedad.

El Nacional

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