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Letra y, unas veces vocal y otras, consonante

Letra  y, unas veces vocal y otras, consonante

Todavía en la semana que recién termina ha circulado en las redes la noticia de cambios en usos lingüísticos, la supresión como letras del alfabeto de los dígrafos ch y ll, así como el cambio de nombres de unas letras, entre ellas la /Y/ (ye) la cual fue llamada “i griega” durante siglos.

Bien recuerdo que en mi clase de álgebra del primero de bachillerato (Miches, 1965) el profesor Toñito Acosta siempre se refirió a esa letra con el nombre ye: despejar el valor de ye, sea ye igual a, equis más ye igual a…Asómbrese del dato documental que a continuación le transcribo:

“No obstante, en 1869, el diccionario académico registra para este grafema el nombre ye, por aplicación del patrón denominativo que siguen la mayoría de las consonantes. Este ha sido el nombre académico preferente para esta letra hasta finales del siglo XX, lo que explica su implantación en el uso especialmente en el español americano. Aunque las obras académicas más recientes volvieron a señalar como preferente el nombre tradicional de i griega, hoy se considera preferible proponer el nombre ye como el único recomendado para todo el ámbito hispánico, por ser más simple y distinguirse directamente, sin necesidad de especificaciones, del nombre de la vocal i”. (Ortografía de la lengua española, RAE y Asociación de Académicas de la Lengua Española, Madrid, 2010, pág. 71).

Inicialmente, el alfabeto latino estuvo formado por 21 letras, entre las que no estaba la -y.  Pero como los fenómenos lingüísticos no son ajenos a los hechos sociales y políticos, tras la conquista de Grecia por el Imperio Romano, alrededor de un siglo y medio antes de Cristo, se produjo una corriente de influencia del conquistado hacia el conquistador.

Así se incluyó la/-y/en el alfabeto latino, que entonces pasó a tener 23 signos: A,B,C,D,E,F,G,H,I,K,L,M, N, O, P, Q, R, S, T, V,X,Y,Z. Con la evolución, el español necesitó incorporar otras letras cuyos sonidos reclamaban una grafía.  En momentos diferentes aparecieron: U, J, Ñ, W.

Entre las peculiaridades de la vigesimosexta letra del alfabeto español se cuenta que tiene en unos casos sonido vocálico (buey, estoy, hay…)  y en otros asume la función de consonante (yelmo, tocayo, yagua) y además funge como conjunción copulativa (Lee y escribe; Trabaja y estudia) como lo hacen otras vocales (Piña e higo; Una cosa o la otra; De una u otra forma).

El sonido vocálico de /-y/ es preferible para el final de palabra, palabras del español, debo decir: hoy, convoy, batey, rey, muy, voy, soy, mamey, siboney, Higüey. La letra /-i/ se ocupa de representar ese sonido en los demás casos. En el plural estas palabras -las que admiten plural-  la  letra /-y/ adquiere la calidad fonética de consonante: convoyes, bateyes, reyes.

Es ajena al perfil del español la escritura de /-y/ al final de palabras, precedida de consonante, como en los casos de curry, panty, dandy y pony. Se infiere que lo mismo rige para Tony, Mary, Taty.

A principio de palabra, la/-y/ es un fonema consonántico en vocablos como Yamasá, Yaguate, yerro, yerba,  yegua, yema, yip, yincana,  yogur, Yolanda , Yuma, Yuna, yuca. En ningún caso suena como i, sino con la consonante ye. Es contrario a la ortografía del español iniciar palabras con la letra ye para usarla con sonido de i. Son los casos de: Ysidro, Ysrael, Ysmael, Yrma o Ylda. La práctica los hizo excepción, como lo son legitimante el Guaymate y Goytosolo.

La ortografía académica precisa que en medio de palabra solo se admite la letra ye representando el sonido de la i: “Cuando a una forma verbal terminada en -y se le añade un pronombre enclítico: doyte, haylas, voyme”. (Obra citada, pág. 79).

Ya vemos, la ye sirve unas veces como vocal y otras de consonante, y para cada caso tiene sus reglas.