Solo las múltiples sanciones de que han sido víctimas atletas aficionados y peloteros profesionales justifican que se acelere la aprobación de la ley antidopaje.

La ausencia de esa ley tiene a deportistas criollos en la mira de organizaciones internacionales con respecto al uso de sustancias prohibidas. El proyecto fue sancionado en dos lecturas consecutivas por la Cámara de Diputados, pero al parecer se ha atascado en el Senado.

Hay que suponer la vergüenza que sería que un deportista dominicano sea despojado de una medalla o expulsado de una competencia por doparse para mejorar el rendimiento.

La comisión senatorial que estudia la pieza o el presidente del Senado, Eduardo Estrella, deben valorar la importancia del proyecto y acelerar el proceso para que se discuta en el hemiciclo.

El ministro de Deportes, Francisco Camacho, destacó que por la trascendencia el presidente Luis Abinader está muy interesado en que se apruebe un proyecto que representaría un duro golpe al dopaje.

Camacho resaltó que con excepción del proyecto que cursa en el Congreso el país ha cumplido con todos los requisitos de la Agencia Mundial Antidopaje.