La prisión perpetua a que un tribunal de Florida, Estados Unidos, condenó a un empresario haitiano por el magnicidio del presidente del vecino país, Jovenel Moïse, amplía el abanico de esperanza sobre la aclaración del crimen.

En la medida que pasaba el tiempo sin que se notaran avances en las investigaciones se temía que el asesinato de Moïse, ocurrido el 7 de julio de 2021, quedaría impune.

Pero tras la intervención de Estados Unidos y la detención del empresario Rodolphe Jaar y otros 10 imputados el pesimismo comenzó a trocarse en optimismo.

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Jaar, un empresario haitiano-chileno de 51 años de edad, se declaró culpable de contratar a los exsoldados colombianos para cometer el asesinato. El empresario fue detenido en República Dominicana.

Fiscales estadounidenses consideran que Moïse fue víctima de una asociación ilícita que operaba en Haití y Florida integrada por personas interesadas en lucrativos contratos tras la desaparición de Moïse.

En Haití el caso jamás sería aclarado. La condena a Jaar, de 51 años, transmite un alentador aviso de que los responsables de un crimen tan horrendo que causó tanta conmoción pagarían sus culpas.