La mala costumbre que se atribuye al dominicano ha vuelto a evidenciarse con los saludables resultados de la jornada especial de vacunación iniciado el jueves por el Gobierno.
Al sábado se habían aplicado 489,983 dosis, lo que representa un verdadero acontecimiento en el proceso de inoculación que comenzó el 16 de febrero. Satisfecho de los resultados el presidente Luis Abinader resaltó que sólo el viernes se había alcanzado la cifra récord de 228,278 personas vacunadas.
Y el domingo la cantidad total de vacunados rondaba los 5,115,370. La jornada supuso la integración de 19 centros adicionales a los más de mil que ya existían, además de una intensa campaña de persuasión que contó con medidas del sector privado.
Lo malo es que la gente tuvo que ver la realidad para aceptar vacunarse, porque no estaba en eso. Por un lado el rebrote y por el otro las nuevas restricciones para controlar la propagación del virus. La tradicional mala costumbre de poner candado después del robo.
La jornada especial de inmunización entraña una doble experiencia tanto en cuanto al proceder de las autoridades como a la necesidad de que la población responda a los llamados desde el primer momento.
