Fausto Miguel Cruz de la Mota (Carandai) en audiencia. / Archivo- Duany Nuñez
El confeso matador del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales Orlando Jorge Mera, negó ante el tribunal que sea un asesino, y dijo que lo que ocurrió fue una acción de defensa propia ante intento de la víctima de sacar de un bolsillo un revólver calibre 38 durante una discusión que sostuvieron por una deuda de 3 millones de dólares.
Visiblemente turbado, Fausto Miguel Cruz de la Mota (Carandai) ofreció su versión de los hechos al declarar ante el Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, en donde le conocen el juicio de fondo por la muerte de Jorge Mera, ocurrida el 6 de junio del 2022.
Cruz de la Mota inició sus declaraciones negando que sean ilegales las armas de fuego que le incautaron tras el incidente. Dijo que todas les fueron entregadas con un formulario 53 en el Ministerio de Defensa en su calidad de propietario de la “Armería Carandai”.
Duany Nuñez
Dijo que fueron 3 y no 13 disparos los que hizo a Jorge Mera durante una discusión que, según él, sostuvieron cuando se presentó al Ministerio de Medio Ambiente, para exigirle un adelanto de 500 mil dólares de una deuda de 3 millones de dólares que éste tenía con él.
Sostuvo que durante la discusión, Jorge Mera intentó sacar un revólver, calibre 38, que él mismo le había entregado.
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Negó que sea una persona corrupta y que cometiera el hecho porque le negaron la firma de un contrato de baterías.
“No soy esa persona que dicen que estoy ligado a actos de corrupción, simplemente fui ese día al Ministerio de Medio Ambiente porque él (Orlando) me dijo que fuera ese día. Anterior a eso él me dijo que me iba a dar parte del dinero y lo que me envió con su chofer fueron 200 mil pesos, por lo que yo lo llamé y le dije que por qué me hacía eso y acordamos vernos en la oficina de abogados de su hijo, en donde me prometió que me iba a pagar 500 mil dólares”, precisó Cruz de la Mota.
Explicó que fue ante esa circunstancia que se presentó al Ministerio de Medio Ambiente, en procura de la entrega de los 500 mil dólares que Orlando prometió pagarle.
“…Tuvimos una fuerte discusión… y cuando él intentó sacar el revólver, yo lamentablemente tuve que dispararle”, le declaró Cruz de la Mota al tribunal.
Sin embargo, la versión fue refutada por Orlando Jorge Villegas, hijo de Jorge Mera, quien dijo que su padre nunca portó arma de fuego.
Al declarar como testigo, sostuvo que su padre era incapaz de utilizar un arma de fuego, porque siempre fue un hombre de diálogo, que nunca fue violento.
El juicio continúa este miércoles, con la escucha de otros testigos a cargos propuestos por el Ministerio Público, entre ellos, Leticia Jorge Mera, hermana de la víctima.
En la audiencia de ayer, el Ministerio Público presentó ante los jueces del Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional formal acusación de asesinato premeditado contra Cruz de la Mota (Carandai)
En la audiencia, que se inició pasadas a las 11:00 de la mañana y se recesó a las 6:40 de la tarde, fueron escuchados diez testigos de cargo aportados por el Ministerio Público, entre los que se destacan Orlando Salvador Jorge Villegas, hijo del finado funcionario, y el general de brigada del Ejército Nacional, Ambiorix de Jesús Cepeda Hernández, jefe del Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa), y Juan Manuel Cuervo Desangles, ex coordinador nacional de ese ministerio.
También, el coronel del Ejército Wascar Adolfo Montilla Almánzar, el exjefe de Seguridad de Medio Ambiente; el jurista Edilio Segundo Florián Santana, ex consultor jurídico de Medio Ambiente; los ex funcionarios y abogados Alfonso María Mendoza Rincón, Porfirio Leonardo, el teniente de la Policía Nicolás Montero, encargado de la seguridad de Jorge Mera; el cura párroco José Arismendy León, y las asistentes del despacho Erika Altagracia Ramírez y Maribel del Carmen Martínez.
El tribunal, integrado por los jueces Keila Pérez Santana, Elías Santini Pereira y Arisleida Méndez Batista, recesó la audiencia acogiendo un pedimento de las representantes del Ministerio Público, magistradas Magalis Sánchez, María Silvestre y Laura Toledo, quienes fundamentaron su pedimento a los fines de escuchar en calidad de testigos a los técnicos e investigadores policiales que manejaron las investigaciones y la escena del crimen.
