Tras la sentencia que descargó al exadministrador de la Lotería, Luis Dicent, por el escándalo denominado “Operación 13”, el titular de la Pepca, Wilson Camacho, se quejó con amargura de la decisión del tribunal.

Como no es el primer gran escándalo que naufraga, Camacho reiteró, a manera de crítica a los tribunales, que en el país los casos de corrupción hay que sobreprobarlos.

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Si sabe que es así, entonces por qué no lo hace. No basta con que considere imposible que en la Lotería se pudiera cometer un supuesto fraude por 500 millones de pesos sin la participación del administrador.

Desde el caso Odebrecht la Pepca sabe que los jueces exigen pruebas para basar las condenas. Si no las tienen o las consideran endebles entonces descargan a los imputados, como ha ocurrido con grandes escándalos.

Que se descargara a Dicent y se condenara a otros ocho imputados es para que la Pepca revise sus procedimientos en los procesos por corrupción.

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Tras el proceso son muchos los que hoy no se hacen la menor ilusión con otros casos de corrupción que serán conocidos por los tribunales. A Camacho no le queda más alternativa que apelar la sentencia.