En tanto en Haití se recrudece la violencia, las trabas que ha encontrado la misión militar de Kenia en la vecina nación se han convertido en una preocupación para Estados Unidos.

Si bien la misión no ha pasado de una declaración de buenas intenciones, Washington la ha respaldado como alternativa para instaurar la seguridad y el orden en la convulsa nación caribeña.

El secretario de Estado, Antony Blinken, se reunió el jueves en Washington con el ministro de Exteriores de Kenia, Musalia Mudavadi, para examinar los obstáculos a la misión militar que pretende liderar en Haití el país africano.

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La justicia keniana prohibió el despliegue de mil policías a Haití como parte de una misión multinacional de la ONU después de establecer que el Gobierno carece de potestad para una decisión de tal naturaleza.

Kenia se había ofrecido a liderar la misión para mejorar la seguridad en Haití, con la integración de mil soldados, después del Consejo de Seguridad de la ONU acoger una solicitud en ese sentido del Gobierno caribeño. Pero los obstáculos se han sucedido al punto que hoy la misión parece incierta.

El canciller estadounidense, que ha pedido a la comunidad internacional respaldar la misión para la paz en Haití, ha decidido abordar el problema con su colega keniano durante una reunión en Washington. Pese al interés de Blinken las perspectivas no dejan de estar en un limbo.