La interrogante de si al tener diabetes no se puede comer frutas por el contenido de azúcar, siempre existe, pero en esta época del año donde las cenas familiares incluyen frutos de la época, aumentan las dudas en los afectados por esta enfermedad.
Y lo cierto es que contrario a lo que se piensa, en la diabetes solo están prohibidas aquellas frutas en conservas con azúcares agregados, según explica la doctora Gabriela Báez, endocrino internista.
“El consumo de frutas es importante para un buen control metabólico de los enfermos con diabetes, ya que al contener fibras éstas promueven la saciedad y, por consiguiente, control glucémico y lipídico, control de peso, entre otros, siendo beneficiosas por su contenido de antioxidantes y disminución de riesgo cardiovascular”, agregó.
También te podría interesar: Medidas oportunas para el diabético en Navidad
La especialista, del Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (Cemdoe), detalló que se deben considerar las porciones como un factor fundamental para el adecuado control glucémico, ya que es importante tener en cuenta que el índice glucémico (IG) es la medida de la rapidez con que un alimento puede elevar el nivel de glucosa en sangre.
Agregó que la carga glucémica (CG) es el producto del valor del índice glucémico de un alimento y su contenido total de carbohidratos.
Quizás quieras leer: Promese/Cal garantiza medicamentos para diabéticos
Especificó que basado en todo esto el pilar más significativo para obtener un adecuado control glucémico está en controlar las porciones y comer la fruta de la manera más saludable posible “comerla cruda o cocida sin azúcar añadida, comprar frutas pequeñas, elegirla en estado natural y no en jugos, ya que de esta forma ofrece saciedad y tiene más fibra.
Una opción que se puede implementar es añadir otro alimento que tenga alto contenido de proteína, como por ejemplo la mantequilla de maní o almendras en sus opciones bajas en azúcar”.
El factor genético
La endocrinóloga resaltó que la diabetes es una enfermedad multifactorial, que no solo influye en la alimentación, sino que también el factor genético es muy importante.
Se estima que el tener un pariente de primer grado con diabetes, padre o madre, incrementa el riesgo de padecer diabetes hasta tres veces más, en comparación con quienes no tienen ningún familiar afectado por la enfermedad.
