Se trata de una auspiciosa señal, digna de ponderarse, que el dictador ruso Vladimir Putin aceptara mediadores para alcanzar por lo menos un alto al fuego en la guerra de Rusia contra Ucrania.

Sin el tono bélico triunfalista, Putin ha propuesto a China, Brasil e India como mediadores en unas futuras negociaciones sobre un acuerdo de paz con Ucrania.

A casi dos años de la invasión de Rusia a su vecino, Putin, que sufre las consecuencias de las sanciones de occidente, sabe que el conflicto podría prolongarse por tiempo indefinido.

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Y que con una orden de captura internacional cualquier cosa puede suceder, aunque un país como Mongolia no la cumpliera en la visita que realizó. Si el gobernante ruso acepta y propone mediadores en la guerra frente a Ucrania es porque sabe que no las tiene todas consigo.

En principio la arrogancia marcó el tono de su intervención militar. Pero además porque ha comprobado que los ucranios, que han contado con el respaldo de Estados Unidos y occidente, están dispuestos a morir en defensa de territorio.

Si se disponen, China, Brasil e India, que forman parte de los BRICS, pueden hacer una valiosa contribución a la paz.