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Relanzamiento y reelección

Relanzamiento y reelección

Ramón Rodríguez

Ejercer la profesión de político sin tener conocimiento de nuestra historia, es jugar a la ruleta rusa. Veamos: aunque Juan Pablo Duarte hizo los mayores sacrificios para lograr nuestra independencia, los conservadores terminaron con el control del Estado y crearon las bases para futuros dictadores.

Nuestros liberales soñaron con hacer realidad los preceptos de igualdad, libertad y dignidad, pero sus gobiernos fracasaron, pues actuaron sobre una sociedad muy distante a las condiciones materiales de existencia que prevalecían en países como Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos.

De ahí que Ulises Francisco Espaillat, Francisco Gregorio Billini y Juan Bosch, modelos de presidentes honestos, se resistieron a emprender acciones que chocaran con sus ideas moralizantes.

La tarea del presidente Luis Abinader es harto complicada. Hacía muchos años que no llegaba al solio presidencial un mandatario con tanta voluntad de adecentar el país, pero la política es ciencia y no juego de azar, por lo tanto, el jefe de la Nación deberá tejer con maestría un relanzamiento de su gobierno, con nuevos funcionarios, que garanticen eficiencia y pulcritud en el manejo de los fondos públicos, pero además, debe preservar su maquinaria reeleccionista, compuesta por algunos de esos mismos funcionarios, que de ser movidos, podrían ”poner bembita’’, dado que en Política, los favores caducan muy rápidamente.

178 años no han sido suficientes para que en nuestro país se forje una Conciencia Social. Todavía se juega al afán del poder por el poder. Nuestra clase política ha sido incapaz de hacer un verdadero pacto de nación. Y todo eso ocurre, porque nuestro pueblo necesita mejores niveles de educación, comenzando por quienes se enganchan a la política para llenar sus bolsillos a costa de los impuestos de los dominicanos.

En su ‘’Tipos de hombres’’ el filósofo Eduard Spranger, tipificó al ser humano como: teórico, religioso, económico, político, estético y social. Todos buscan el poder hasta el último aliento de vida, sin importarle la moral.

Ese es el dilema de Abinader: relanzar su gobierno, sin perder el equilibrio entre la ética que profesa y la reelección.

Por: Ramón Rodriguez
centrodeidiomaswashington@gmail.com

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