(I)
¿Podría señalar en qué consiste la llamada diplomacia pública ?
Hablar de diplomacia pública (“Public Diplomacy”), implica hoy reconocer un fenómeno específico dimanante de la “generalización de la cultura democrática» y, asimismo, de los extraordinarios avances tecnológicos (como la inteligencia artificial) y también sociológicos, que se evidencian a través de las bien sustentadas acciones que tienen lugar en los medios de información y comunicación. Más aún, de la consecuente incidencia de la opinión pública en las relaciones internacionales.
“El objetivo fundamental de la diplomacia pública será siempre influir sobre el comportamiento de un gobierno extranjero de forma indirecta, teniendo incidencia sobre las actitudes de sus ciudadanos” ( Noya/De Yturriaga).
Metódicamente, la diplomacia pública, que demanda ser profesionalmente manejada, facilita poder proyectar una imagen digna, atractiva y confiable de la nación de que se trate, promoviendo tácticamente entre otras virtudes, la de ser un país “progresista, creativo, innovador y seguro”, a fin de potenciar su prestigio exterior, de manera que genere un conveniente nivel de “empatía y adhesiones” a su favor, tal como lo demandan las acciones en el ámbito de los nuevos vínculos económicos (comerciales y financieros) y políticos (seguridad y defensa).
Evidentemente, las ejecutorias de la diplomacia pública potencian el ejercicio (y amplían los horizontes) de la “diplomacia convencional”, como una de sus eficaces modalidades de ejecución, conforme a requerimientos contemporáneos.
Cabe puntualizar que, en esencia, la diplomacia pública consiste, en una serie de bien fundamentadas iniciativas, consagradas por la práctica, destinadas a ejercer influencia de manera estratégica sobre las audiencias extranjeras, “no sólo entre elites o líderes de opinión, sino también al público en general”.
Para el Estado, el ejercicio de esta modalidad de ejecución de la diplomacia, tiene la finalidad de “agenciarse un capital de simpatía susceptible de dar eficacia” a esenciales acciones en las relaciones exteriores, valiéndose tácticamente de una «conveniente» promoción de su cultura (reforzando la imagen de su identidad nacional), así como de la eficiente difusión de sus puntos de vista y con ello la consistente promoción y defensa de sus intereses.
Debe destacarse, que suele ser parte prominente del ejercicio de la diplomacia pública el eficaz proyecto «estrategia marca país».Básicamente, para la ejecución de la diplomacia pública, conforme a la normativa aplicable, los países crean un órgano central (eminentemente técnico) en su Cancillería, «complementado por un comité de cualificados expertos en la materia», que debe elaborar periódicamente, entre otras acciones de su competencia, las nuevas estrategias y, asimismo, debe establecer, y aplicar, los mecanismos para la evaluación de las existentes.
II)
¿En el ámbito diplomático qué significado tiene el término impasse?
Impasse es un término de origen francés, utilizado en el ejercicio diplomático, para referirse, generalmente, “a una situación no resuelta, o de estancamiento”, o de suspensión en las negociaciones, o bien de cualquier asunto similar, en el desarrollo de vínculos entre Estados, y otros sujetos de Derecho internacional. Dichas negociaciones tienen lugar, fundamentalmente, con el propósito de lograr un entendido entre las partes sobre asuntos de su interés.