Con las tres mujeres asesinadas la semana pasada, suman 43 los feminicidios perpetrados en lo que va de año, vorágine de luto que conmociona y convulsiona a una sociedad que no encuentra forma de detener un flagelo que se erige como una maldición.
Al menos dos de las tres féminas asesinadas por sus exparejas habían clamado por protección de las autoridades ante las amenazas de muerte y acoso de individuos que cumplieron su amenaza de ultimarlas.
Ministerio Público ni Policía cumplen con su obligación de dar protección a mujeres en situación de peligro o vulnerabilidad que solicitan el auxilio de las autoridades para evitar que hombres despechados las asesinen, muchas veces junto a sus hijos y otros familiares.
De nuevo se reclama la confluencia de esfuerzos entre las diferentes instancias oficiales para prevenir la ocurrencia de feminicidios por vía de la protección de las mujeres acosadas y la persecución y sometimiento a la justicia de los acosadores.
Big Papi
David Ortiz se convirtió ayer en el cuarto pelotero dominicano exaltado al Salón de la Fama del Béisbol de Estados Unidos, galardón que reconoce su extraordinaria carrera de 20 años en las Grandes Ligas, durante la cual registró 2,472 imparables, 541 cuadrangulares, 1,768 carreras remolcadas y un promedio de bateo de 286.
El “Big Papi” contribuyó con su madero y liderazgo a que los Medias Rojas de Boston conquistaran los cetros mundiales en 2004, 2007 y 2013, puntos luminosos de una fructífera estadía de 14 años con esa organización después de cumplir seis en el equipo Mellizos de Minnesota.
Ortiz se une en el Salón de la Fama de Cooperstown a sus compatriotas Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero, quienes aguardarán por la segura inducción de Adrian Beltré y Albert Pujol, otras dos leyendas del béisbol.
La exaltación de David Ortiz al Salón de los Inmortales de las Grandes Ligas es gran motivo de júbilo y orgullo para los dominicanos que todavía hoy celebran ese gran acontecimiento deportivo que colma de gloria al gentilicio nacional.
