El incremento en estos días de la tasa de contagio del coronavirus demanda mucha cautela, por las aglomeraciones y festejos, durante la Semana Santa. Las autoridades no pueden fiarse de la reducción de las defunciones ni tampoco de la positividad en la aplicación de las pruebas.
Es necesario que durante el asueto se mantengan o refuercen las restricciones para evitar un rebrote similar al ocurrido durante las fiestas navideñas.
El Ministerio de Turismo actuó con saludable presteza al prohibir las fiestas y eventos que impliquen aglomeraciones en los establecimientos hoteleros. Y con la experiencia que se tiene de que muchos negocios se las arreglan para burlar las normativas, el titular de la cartera, David Collado, envió un claro mensaje al acordar con el Ministerio de Defensa la ejecución de la medida.
Las acciones acordadas por Collado y Carlos Díaz Morfa para evitar que en los hoteles se celebren fiestas y eventos que puedan incidir en la propagación del virus deben ser extensivas a otras actividades con los mismos riesgos.
El aliento que se ha creado con la vacunación no es para tolerar la menor violación de las restricciones sanitarias en el actual ni en ningún otro momento.
Tras lo mucho que se avanzado en el aplanamiento de la curva las autoridades no se pueden permitir el menor retroceso bajo ninguna circunstancia.
La vigilancia en playas, hoteles y espacios en los que pueda aglomerarse la gente tiene que ser estricta.