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Ser papá y mamá: un reto en ascenso

Ser papá y mamá: un reto en ascenso

Jesús Rincón, Estefanía y Orquídea

Santo Domingo. – Hoy día ya no es extraño en la sociedad ver madres solteras siendo cabezas de hogar, pero también, son cada vez más los hombres que asumen el desafío de criar a sus hijos sin la presencia de mamá en casa.

En ese sentido, la Real Academia Española (RAE) define el término “monoparental” como aquella familia conformada por los hijos junto a papá o mamá, donde roles que deben ser ejercidos por dos recaen en una misma persona.

La historia de Jesús Rincón es uno de esos casos, cuando tras su separación matrimonial en el año 2009, fueron sus propias hijas, de 8 y 4 años, respectivamente, quienes prefirieron quedarse con él, decisión que dice, lo sorprendió, pero llenó de satisfacción.

“No me esperaba que me sorprendieran con esa respuesta; pero me llena de orgullo y satisfacción que ellas mismas decidieron quedarse conmigo”, dijo.

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Desde ese día, ya son 13 años los que lleva siendo padre y madre para Estefanía y Orquídea, quienes hoy tienen 21 y 16 años, respectivamente.

Mientras cuenta su historia, parece remontarse mentalmente al inicio y aunque afirma nunca dudó de poder sacar a sus hijas adelante, sí reconoció lo difícil que le resultaba desempeñar el rol materno en momentos donde ameritaba la presencia de una madre.

“Llegan casos en que es la madre que debe estar con los hijos y hacerme cargo de esa parte fue lo más difícil, como también tener que enseñarles yo lo que ellas pudieran necesitar de su madre”, aseguró.

Jesús Rincón y sus hijas cuando eran más pequeñas.
Jesús Rincón y sus hijas cuando eran más pequeñas.

Con voz pausada y tono tranquilo, Jesús narró cómo procuró buscar una fuente de ingresos con lo cual poder mantener a sus hijas y estar cerca de ellas el tiempo que fuere necesario, por lo que una cafetería móvil fue la opción ideal para ese fin.

“Siempre he sido una persona que le gusta depender de sí mismo, soy un padre independiente y eso me llevó a crear mi propio negocio con el cual sustentar a mis hijas”, expresó mientras contaba cómo enseñó a sus hijas a manejar el pequeño negocio que todavía hoy, les da el sustento.

Mis hijas, mi orgullo

Al transcurrir los años, es inevitable para este padre de dos jóvenes ocultar el orgullo de ver sus hijas encaminadas y con buena formación, habiendo cumplido con las metas que se propusieron desde un principio.

“Mi satisfacción es que mis hijas y yo hemos cumplido la meta que nos propusimos en un principio, cuando siendo aún pequeñas les dije que buscáramos de Dios, que fueran obedientes y se dedicaran a estudiar… eso nos abrió muchas puertas”, contó.

Y es que, Estefanía, la mayor, estudia el técnico superior en Enfermería mientras Orquídea, casi concluye el bachillerato, en la modalidad de Contabilidad. Ambas, destaca, son estudiantes con excelentes notas y eso lo enorgullece.

“El consejo que yo siempre le doy a mis hijas es que se preparen porque cuando las personas se hacen de una carrera, o de un nivel académico, ya no pasan tanto trabajo como el que no estudió”, reiteró.

Estefanía y Orquídea

Para estas hermanas crecer sin una figura materna en casa no fue fácil, pero ambas coinciden en que con el tiempo fue una realidad que aprendieron a sobrellevar y aceptar.

“El hecho de que mi madre no haya estado con nosotras sí fue un poco difícil de sobrellevar y manejar, pero con la ayuda de Dios aprendí a llevarlo y también papi ha estado ahí siempre, dándome todo lo que un día no pude obtener de mi madre”, dijo Orquídea, quien desde los cuatro años ve a papá y mamá en una misma persona.

Mientras que Estefanía, la mayor, también reconoce que, “lo más difícil que hemos pasado era el adaptarnos a que tuviera que hacer ambos papeles (papá y mamá), en unas más que en otras situaciones”.

Destacan que el interés de su padre porque crecieran “bajo el temor de Dios” les ha ayudado en el trayecto de sus vidas, la cual ha tenido sus momentos difíciles.

“Papi es el mejor papá que existe en este mundo y no solo por lo que nos ha enseñado sino también por criarnos bajo el temor de Dios y eso ha aportado mucho valor a nuestras vidas”, aseguró Orquídea.