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Sobre policías gran verdad

Sobre policías gran verdad

El director de la Policía, Eduardo Alberto Then, no ha hecho más que reconocer un secreto a voces: la presencia de agentes del cuerpo en la criminalidad y la delincuencia que ha sacudido a la población.

Pero el hecho de que se reconociera una conducta que irónicamente se ha ignorado representa un importantísimo paso de avance en el proceso de saneamiento del cuerpo.

No se podía ignorar ni negar lo que está a la vista, pues chocaría con el discurso y el interés de hacer de la Policía un cuerpo confiable, que cumpla con su misión de garantizar el orden público y preservar la seguridad ciudadana.

La complicidad de agentes con la delincuencia y la corrupción ha provocado que en cualquier circunstancia se tenga más miedo a un policía que a un civil. Con la depuración de los policías, la reintegración a las filas de los más de 13 mil agentes que cobran sin prestar servicios y la reducción de la corrupción, la reforma que se implementa generaría mucha confianza en la población.

Como la de cualquier ciudadano, la riqueza que exhiben miembros del cuerpo tiene que transparentarse. El proceso de reforma no es cuestión de teorías, sino de responsabilidad. Sobre los males que se han reconocido y que tanto daño han hecho a la imagen de la entidad, las autoridades saben que no pueden andarse con contemplaciones. Sería frustratorio.

El Nacional

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