En una humilde vivienda de madera vieja y zinc vive doña Andreína Lama Mora, una madre que ha dedicado cada segundo de los últimos 20 años al cuidado de su hijo Yhoan Manuel Charles Lama, un joven con discapacidad motriz que, a pesar de su situación, no ha perdido la alegría ni las ganas de superarse.
Doña Andreina nos abre la puerta de su humilde vivienda, en el barrio La Isabela, Baahoruco, para contarnos la historia de su hijo Yohan Manuel, quien nació con una condición que nunca fue explicada del todo por los médicos. “Nunca me dijeron lo que él tenía. Solo me mandaron para la casa con él, sin medicinas, sin orientación, sin nada. Desde entonces, aquí estoy, con él. Luchando”.
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Manuel no camina, no puede valerse por sí mismo, y pasa los días entre su cama y una ponchera plástica que su madre usa como asiento improvisado para moverlo y darle algo de descanso.
“Esa ponchera es su silla. Hasta hace poco no tenía ni una silla de ruedas. Lo tengo que cargar para todo”, expresó su madre, con los brazos marcados por el peso de los años y sacrificio.
Sin importar sus limitaciones, Yhoan Manuel es un joven alegre, risueño y lleno de sueños. “Yo quiero estudiar, aprender cosas de computadora, diseño, programación. Aunque no pueda caminar, yo quiero trabajar desde aquí, desde mi cama. Quiero valerme por mí mismo”, dijo con entusiasmo.
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Habilidad
Además, Yhoan Manuel tiene un sentido del humor único, a pesar de las condiciones que tiene. Ve películas y escucha música, de igual modo manipula su celular: dejando mensajes de voz y jugando video juegos, todo esto utilizando sus pies. Lo define como «el trabajo de Dios».

Sin cédula
Sin embargo, hay algo que le impide avanzar: no tiene su cédula de identidad, sin ella, no puede inscribirse en ningún programa, ni acceder a estudios ni a ninguna ayuda oficial.
“Lo que más quiero ahora es mi cédula. Yo quiero estudiar, tener una vida. Cumplir mis sueños. Yo sé que puedo, solo necesito una oportunidad”, apuntó con esperanza.


Doña Andreina, solo pide que alguien los vea. “Yo no quiero lujos. Solo quiero que Manuel tenga lo que necesita para vivir con dignidad. Y si Dios me permite, verlo lograr sus sueños.”
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En este Día de las Madres, recordamos la historia de doña Andreina, una mujer valiente que, a pesar de las dificultades, siempre encuentra motivos para sonreír y apoyar a su hijo Manuel, un adolescente que sueña con un futuro mejor a pesar de su discapacidad.
Sustento
Para poder sustentarse y producir algo para comer, Andreina ha apelado a la venta de carbon y bisquit (pequeñas tortillitas de harina de maíz)
Te amo mamá

Mensaje especial a su madre: “Mami, gracias por no dejarme. Gracias por todo lo que haces por mí. Yo te amo con todo mi corazón. En el Día de las Madres, quiero decirte que eres la mejor madre del mundo”.