La designación de la vicepresidenta Raquel Peña en el Ministerio de Medio Ambiente traduce el compromiso del Gobierno con la preservación y desarrollo de uno de los sectores más sensibles del país.
Es obvio que el presidente Luis Abinader ha preferido que una funcionaria no solo eficiente, sino de su absoluta confianza, ocupe, aunque sea de manera transitoria, la posición del asesinado ministro Orlando Jorge Mera.
Es posible que se entendiera que el mejor homenaje al funcionario sea continuar la obra que había emprendido para rescatar y fomentar los recursos naturales.
Peña ha sabido cumplir las responsabilidades que se le han asignado, destacándose como una de las mejores muestras la labor desplegada contra la pandemia sanitaria como coordinadora del Gabinete de Salud.
El legado de Jorge Mera en Medio Ambiente tiene que preservarse.
