El pasado domingo (26-1-2025) publicamos el artículo titulado “Apóstrofo no es igual que apóstrofe” para establecer la diferencia semántica entre estos vocablos tan parecidos fonéticamente. Con el sustantivo apóstrofe referimos un discurso vehemente y recriminatorio dirigido a una persona presente o ausente. Es lo mismo que dicterio, palabra que tiene como sinónimos: insulto, ofensa, increpación, imprecación, invectiva, catilinaria. De apóstrofe ha derivado el verbo apostrofar el cual consiste en dirigir apóstrofes a alguien. Esto es, insultar, reprender, vocear, gritar, vociferar, ofender, increpar, imprecar.
El apóstrofo es un signo ortográfico auxiliar en forma de coma alta (‘), que apenas se usa en el español actual. No debe utilizarse el acento agudo (´) para representar el apóstrofo.
A pesar de que el apostrofo tiene poco uso en el español, se usa y se abusa y se mal usa, sobre todo en frases publicitarias (E’ palante que vamos) y en rótulos comerciales (Andre’s carnes). Del Diccionario panhispánico de dudas, publicación oficial de la Asociación de Academias de la Lengua Española, reproduzco las recomendaciones para su correcto empleo:
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1. Como usos propios de la lengua española, se distinguen principalmente dos. En ambos se escribe sin espacio de separación respecto a los caracteres anterior y posterior:
a) En ediciones actuales no modernizadas de textos antiguos, sobre todo poéticos, indica la elisión de la vocal final de determinadas palabras (preposiciones, artículos, conjunciones) cuando la que sigue empieza por vocal: d’aquel (por de aquel), l’aspereza (por la aspereza), qu’es (por que es).
b) Refleja, en la escritura, la elisión de sonidos que se da en ciertos niveles de la lengua oral al pronunciar palabras sucesivas. Aparece con frecuencia en textos literarios cuando el autor desea reproducir el habla de personajes de bajo nivel sociocultural: «Y en Camagüey, ¿t’acuerdas de las negritas?» (RdgzMéndez Bodas [Esp. 1976]). Cuando la segunda palabra comienza por hache, esta debe conservarse: «Nadie m’haquerío matar nunca» (Serpa Contrabando [Cuba 1938]); es especial el caso de la contracción lexicalizada mijo, mija (? mijo -ja). El apóstrofo no debe usarse para marcar apócopes o aféresis que se producen con independencia de la palabra que las siga, como pa por para o ña por doña.
2. Se conserva en la reproducción de nombres o expresiones pertenecientes a lenguas en las que se mantiene el uso moderno del apóstrofo, como el catalán, el inglés, el francés o el italiano: L’Hospitalet de Llobregat, O’Connor, c’estla vie, D’Annunzio.
3. Hay que evitar los siguientes usos del apóstrofo, muchos de ellos debidos al influjo del inglés:
a) Cuando aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un año: ?’82 por 1982. Si se desea indicar abreviadamente el año, no debe usarse el apóstrofo: ?promoción del ’92; basta con reflejar solo las dos últimas cifras: promoción del 92.
b) Tampoco es correcto su empleo en la expresión de las décadas: ?los 30’s o ?los ’30 por los años 30.
c) Cuando se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla: ?ONG’s. En español, las siglas son gráficamente invariables en plural: las ONG.
4. No debe usarse el apóstrofo para separar las horas de los minutos: ?las 20’30 h. En este caso, se recomienda el empleo de los dos puntos o el punto (? dos puntos, 4.1 y punto, 4.1).
5. Tampoco debe usarse para separar, en los números, la parte entera de la parte decimal: ?3’1416…. En este caso, de acuerdo con las normas internacionales, puede emplearse tanto el punto como la coma (? coma2, 5): 3.1416… o 3,1416….
6. No debe confundirse con apóstrofe (‘invocación vehemente’ e ‘insulto’; ? apóstrofe).
(Diccionario panhispánico…, Santillana, Madrid, 2005, pág. 58.