Para República Dominicana mejorar sus calificaciones en enseñanza y en la modernización de su sistema educativo son muchos los obstáculos que, por lo visto, se tendrán que sortear, en su mayoría gerenciales.
Los distintos conflictos, espontáneos o inducidos, han sido utilizados como recursos para cuestionar la capacidad del ministro Roberto Fulcar.
Tras el impasse con siete mil monitores que reclaman ser nombrados como docentes, se ha reiterado que el cargo está muy por encima de las habilidades gerenciales de Fulcar.
Los monitores recurrieron ante el Tribunal Superior Administrativo en demanda de que se reconozcan los nombramientos definitivos en los centros donde ejercen la docencia.
Con los concursos para la contratación de maestros, la docencia virtual y hasta la adquisición de equipos han generado ruidosos conflictos en la cartera. Ha trascendido que, en desmedro del sistema, el pánico se ha instalado en Educación.
Luis Miguel Martínez Figuereo, coordinador de los monitores, denunció que en la cartera se ha desatado una ola represiva contra quienes osan reclamar algún derecho.