Se presta a suspicacias que a estas alturas el Ministerio Público ni la Policía hayan dado con los autores materiales e intelectuales del asesinato del abogado Basilio Guzmán, ocurrido el 20 de junio frente a su residencia, en el exclusivo sector Los Cerros de Gurabo, Santiago.
Aunque se estableció que el crimen, con características de sicariato, fue ejecutado por dos jóvenes que se desplazaban en una moto, las 21 cámaras de seguridad instaladas en el área no han ayudado a aclarar el caso.
Entre muchas conjeturas se habla de que el Ministerio Público ha preferido dejar que se olvide para evitar ruido con la identificación de los autores y las posibles causas del suceso.
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En principio se dijo que se tenían pistas para aclarar el crimen en el menor tiempo posible. Abogados de Santiago y otros sectores suelen reclamar de vez en cuando que las investigaciones se profundicen para capturar y someter a la justicia a los responsables de la muerte de Guzmán.
Si no se está protegiendo a nadie en particular no se entienden las razones por las cuales el homicidio se ha convertido en un enigma. Guzmán era un abogado que según sus allegados llevaba muchos casos relacionados con la propiedad de terrenos.
