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Desafíos Haití: Tierra de nadie

Desafíos Haití: Tierra de nadie

El primer ministro de Haití, Ariel Henry, garantizó a la Organización de Estados Americanos (OEA) que convocará a elecciones cuanto antes para restaurar el orden institucional.

En medio de la desgracia que vive el país tras el seísmo que asoló parte de la zona sur la comunidad internacional parece darle más importancia a las votaciones que a superar las calamidades que azotan a la población. Haití tiene también otro desafío, como establecer responsabilidades sobre el magnicidio del presidente Jovenel Moïse.

El secuestro de dos médicos haitianos y el asalto a cuatro camiones de alimentos solo indican que tras el terremoto ese país, donde las pandillas criminales tienen una alta incidencia, se ha convertido en tierra de nadie.

Las pandillas habían anunciado una tregua para facilitar la ayuda humanitaria. Sin embargo, es en medio de la proclamada pausa que se produjeron el secuestro y los asaltos. Los camiones transportaban alimentos y otros productos a las comunidades de Abricot, Postel, Jeremie y Caimite cuando fueron saqueados con la mayor impunidad.

En esos lugares se estima que murieron alrededor de 2,200 personas, unas 12,300 resultaron heridas y cerca de 350 desaparecidas. También unas 53 mil casas fueron destruidas y alrededor de 80 resultaron con daños.

Está bien que las autoridades garanticen elecciones, aunque no parezcan dadas las condiciones, pero sin obviar desafíos como la aclaración del magnicidio de Moïse y restaurar la seguridad siquiera para facilitar la ayuda a los damnificados por el fenómeno.

El Nacional

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