Roberto Álvarez Gil, canciller dominicano.
Para prevenir que Haití se autovictimice por el conflicto con el trasvase del río Masacre, el canciller dominicano Roberto Álvarez ha dado un buen paso diplomático al exponer la situación ante la comunidad internacional.
La exposición de Álvarez en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA ayuda tanto a edificar como a despejar malos entendidos. Por sus penurias Haití, un país que también ha sido fuertemente castigado por fenómenos naturales, genera gran compasión del exterior.
Pero lejos de intervenir con programas eficaces para ayudar a los haitianos a superar su drama, las potencias, con Estados Unidos a la cabeza, prefieren que República Dominicana cargue con el problema.
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El canciller hace bien en llevar ante la OEA y otros organismos internacionales la crisis que motivó el cierre de la frontera y la habilitación del canal La Vigía.
El Nacional
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