Son múltiples las razones por las cuales los dominicanos han incrementado las remesas a sus parientes y relacionados en el país. Puede ser por mejores condiciones de vida, la incorporación de más personas al mercado laboral y la inflación en el país, entre muchas otras.

Hay muchas variables que tendrán que estudiarse, como el hecho de que los hombres superen a las mujeres en la recepción de las remesas. Pero lo que no está en discusión es la solidaridad ni el buen corazón de esos compatriotas que han emigrado a Estados Unidos, España, Italia, Puerto Rico y otros países en busca de mejorar sus condiciones de vida. Los 10 mil 400 millones de dólares enviados en 2021 a familiares y relacionados aquí constituyen un récord.

Ese flujo ha sido un gran respiro no solo para muchas familias y establecimientos comerciales, sino para la propia economía. El dominicano de por sí ha sido muy consecuente con los suyos en todas las circunstancias. Pero tampoco se ha desvinculado de las necesidades y los problemas de la nación.

Está pendiente de todo cuanto ocurre por estos predios e incluso ha sabido unirse a movimientos reivindicativos. Un detalle que ha de tomarse en cuenta es que desde que estalló la pandemia sanitaria los dominicanos ausentes han aumentado el volumen de dinero enviado a sus allegados aquí. El reconocimiento a esos compatriotas es más que merecido.