De un tiempo a esta parte la provincia Peravia se ha convertido en uno de los puntos de más decomiso de cargamentos de drogas narcóticas.
La bien ganada reputación de laboriosidad de sus pobladores ha sido en gran medida desplazada ante el incesante flujo de cocaína procedente de suramérica incautada por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
En una operación de interdicción marítima, aérea y terrestre la DNCD informó que incautó 371 paquetes de cocaína que eran transportados en una lancha rápida.
Durante el operativo fueron detenidos dos dominicanos. Los golpes propinados al narco en la gestión del presidente de la DNCD, José Manuel Cabrera Ulloa, son dignos de reconocimiento.
El organismo informó que en lo que va de año se ha incautado de 18 mil 568 kilogramos de distintas drogas. El caso es que ante los evidentes golpes no se entiende cómo el narcotráfico insiste en desafiar la vigilancia de las autoridades dominicanas. El desafío parece suicida.
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No se descarta que sacrifiquen cargamentos para poder pasar otros y que en la operación se cuente con buenos contactos en esferas de poder.
