Cada cargamento de drogas que se incauta en las costas de Peravia aumenta las interrogantes sobre la utilización de una zona que se supone tan vigilada para el tráfico de estupefacientes.
En Baní opera la base naval de Calderas. Pero desde hace un buen tiempo la zona se ha convertido en uno de los puntos estratégicos para la introducción de cocaína en lanchas rápidas.
Otros puntos utilizados por el narcotráfico son Barahona, San Pedro de Macorís, Higüey y La Romana. A pesar de los golpes que elevan el prestigio y la eficiencia de la DNCD en la persecución del criminal negocio, existen muchas conjeturas.
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Los 984 y 767 paquetes incautados en Peravia durante dos días consecutivos en operativos de la DNCD, la Armada, la Fuerza Aérea y organismos de inteligencia indica que se tienen los ojos bien abiertos en la lucha contra el narco.
Esta vez el golpe fue más severo porque en los operativos fueron detenidos tres venezolanos y otras dos personas que viajaban en las embarcaciones.
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Pero con todo no deja de llamar la atención la persistencia de usar el territorio para la introducción de la sustancia, para desde aquí reexportarla a Estados Unidos y Europa.
