Una decisión que toca tantos intereses como la eliminación de los aranceles a 67 productos de la canasta básica, aun sea de manera transitoria, tenía que provocar reacciones.

La oposición enarbolada por las asociaciones de Industrias de República Dominicana (AIRD) y de Granja Porcina es para que se pondere el alcance del proyecto.

No se estaría en nada si en interés de proteger al consumidor la eliminación de los aranceles se reduce a desvestir un santo para vestir a otro. La ley, en caso de ser aprobada por las cámaras legislativas, tendría una vigencia de solo seis meses.

Bien vista representa más un sacrificio para el Gobierno que para cualquier otro sector. Ante la inflación por efectos de la pandemia de la covid y de la invasión de Rusia a Ucrania son muchos los productos que han experimentado alzas de precio.

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El Gobierno no tenía a la mano muchas opciones para enfrentar los aumentos, lo que no significa no conciliar con los industriales, porcicultores y otros sectores la aplicación de tasa cero a las importaciones de alimentos.

Los congresistas tienen que escuchar a todo el que tenga algo que decir sobre la eliminación de aranceles.