Con Estados Unidos a la cabeza, las potencias occidentales se juegan su poderío y liderazgo con su posición sobre la creación de un Estado palestino para reforzar la seguridad y controlar la violencia en Medio Oriente.
Los presidentes Joe Biden y Emmanuel Macron están entre los principales abanderados de la separación de Israel y Palestina en dos Estados para impulsar la paz en la zona.
Con excepción del primer ministro Benjamin Netanyahu y su camarilla de halcones, sectores liberales de Israel favorecen la alternativa para que los descendientes de Abraham puedan cesar el estado de guerra en que han vivido.
Con todos los recursos de que dispone, Biden tiene que presionar al Gobierno israelí, su principal aliado en la región, para que acepte la creación de un Estado palestino.
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De la misma manera en que se creó el Estado de Israel en territorio palestino se puede abordar la formación de uno palestino.
Los palestinos cuentan al menos en teoría con el control de Gaza y Cisjordania, compartiendo con Israel la ciudad de Jerusalén. El genocidio de Israel en la Franja de Gaza empuja hacia el Estado palestino como alternativa a la violencia en la región.
