En la Policía, conformada por una compleja estructura de poder, no solo hay nerviosismo por la reforma en que se trabaja para modernizarla y profesionalizarla, sino por supuestas arbitrariedades de las que han sido víctimas veteranos investigadores.

Sobre la base de la técnica y la experiencia, con el paso del tiempo se ha elaborado un mapa de la criminalidad y la delincuencia que facilita la persecución de los infractores.

Esos investigadores que hoy son desplazados hasta por intereses de poder tenían ubicados a los delincuentes dependiendo de los objetos que sustraían, desde accesorios de vehículos hasta asaltos callejeros.

La Policía podía darse el lujo de recuperar cualquier objeto en cuestión de horas o de apresar a delincuentes porque los investigadores sabían dónde localizarlos.

Pero de un tiempo a esta parte son muchas las cosas que según informaciones que salen de fuentes de la propia Policía, han cambiado en la institución como parte del proceso de reestructuración.

Si el director de la Policía, Edward Sánchez González no está enterado, debe tomarse la molestia de realizar una investigación sobre un problema que ha tomado fuerza.