Malos vientos vuelven a soplar en la región tras la decisión de Venezuela de apropiarse de una amplia franja de Guyana.
Estados Unidos no ha tardado en enviar un contundente mensaje al gobierno de Nicolás Maduro con las maniobras aéreas que realiza con Guyana.
El respaldo expresado por el secretario de Estado, Antony Blinken, al presidente de Guyana, Irfaan Alí, ha elevado más las tensiones en torno a la disputa territorial.
Alí ha declarado que otros países que no identificó le han expresado su disposición de unírsele en la disputa con Venezuela, mientras el presidente de Brasil, Lula da Silva, preocupado por el giro de los acontecimientos, ha instado al Mercosur involucrarse en el conflicto.
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Venezuela aprobó en un cuestionado referendo la toma de los 160 mil kilómetros cuadrados, ricos en petróleo y minerales, y otorgar la ciudadanía a los habitantes de Esequibo.
El apoyo de Estados Unidos y la realización de maniobras aéreas con Guyana representan un mensaje que tanto Venezuela como América Latina deben captar. O más claro: Washington no permitirá que Venezuela ponga un pie en Guyana sin tomar algún tipo de acción.
