La presencia en el país del director regional John Kinig y de varios agentes de la DEA traduce la relevancia de la Operación Falcón, la acción que ha evidenciado la preocupante incidencia del narcotráfico y el lavado de activos en las actividades políticas.
Tal vez para evitar malas interpretaciones nadie se ha atrevido a denunciar como injerencismo, al margen de los tratados entre ambos países, la cooperación de los agentes antinarcóticos de Estados Unidos en las investigaciones que efectúa el Ministerio Público.
Por ahora las figuras más relevantes vinculadas al entramado son el director de Comunidad Digna, Juan Maldonado, y los diputados Nelson Marmolejos Gil y Héctor Féliz y Féliz y Faustina Guerrero Cabrera.
Pero resulta un tanto suspicaz que el funcionario de la DEA y varios agentes se trasladaran a República Dominicana para colaborar con la captura de imputados sin mayor jerarquía social ni política.
O tal vez para evitar que se repita la frustración que representó la fuga de un aparatoso operativo del presunto capo César Emilio Peralta Adames (César el Abusador). No sorprendería que en la batida puedan caer figuras de más relevancia.
