La Procuraduría General de la República se ha ocupado de rodear de un velo de misterio la investigación sobre la matanza por la Policía de cinco personas en Santiago durante un supuesto intercambio de disparos.
Aunque se ha dicho que los agentes que protagonizaron la balacera han sido interrogados, despierta suspicacias que a la fecha se oculten los nombres.
Si no se trata de un secreto de Estado cuál entonces es la razón para omitir tanto la identidad de los policías suspendidos como la del agente que según el cuerpo resultó herido en la balacera.
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La procuradora Yeni Berenice Reynoso, con tanta gala de su integridad y transparencia, debe explicarse sobre las incógnitas que giran en torno al homicidio ocurrido el 12 de septiembre. La intrigante demora y el misterio que caracteriza la investigación se prestan, con lógica, a muchas conjeturas.