Han elegido a una mujer, primera en 200 años de historia, en un país con 129 millones de habitantes y una tasa de crecimiento de un 713%.
Han elegido a una mujer, en un país que tiene 36 millones de habitantes mexicanos en USA, residiendo en la mitad del territorio que USA le incautara en la guerra entre 1846-1848, que incluye hoy los estados de Alta California, Nuevo México, Texas, La Mesilla, y Los Ängeles donde habitan 4 millones de mexicanos.
Discriminados, vilipendiados, deportados en masa (un millón) durante la Gran Depresión por el presidente Herbert Hoover; y hoy de nuevo convertidos en los chivos expiatorios del desastre norteamericano; los mexicanos y mexicanas han defendido su cultura y lengua, porque saben que no son inmigrantes ilegales, sino pueblo que regresa a lo que fue su tierra.
México le vive dando clases de dignidad y resiliencia a toda América Latina. No solo con el gobierno de Obrador, que sentó cátedra en su determinación de gobernar con transparencia para los más pobres y recuperar para el Estado los bienes incautados a los corruptos y narcotraficantes, sino con su irreductible respeto a los derechos humanos y su tajante defensa del medioambiente, la salud, educación, equidad de género y respeto a las diferencia de los LGTB, en un país reputado como el “más machista del mundo”.
Porque el cine norteamericano para justificar lo injustificable, es decir el robo de la mitad del territorio mexicano, tenía que demonizar a los mexicanos, animanizarlos, y no hay una sola película donde no se les estigmatice o ridiculice, labor en la que todos los John Wayne aun juegan un papel funesto.
México ha elegido a una mujer que no solo es bella, es una egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM en Física; tiene una Maestría en Ingeniería Eléctrica, y fue la primera mujer en ingresar y graduarse, a un Doctorado en ese campo. Es investigadora de Biología Nuclear y miembro de los equipos de investigación de Stanford, Berkley, Universidad de California, y desde luego de la UNAM, de donde es egresada.
Primera gobernadora de la ciudad de México (con 25 millones de habitantes), es hija de dos científicos judíos que escapararon el Holocausto y encontraron refugio en México. Su padre es Ingeniero Químico y su madre es Bióloga y profesora de Biología Celular, recibiendo el Premio Nacional de Ciencias en 2022.
Me pregunto ahora, qué dirá Trump de esta mexico-judía, blanca, científica, bellísima, mujer: Claudia Sheimbaun Pardo, quien hoy representa a esos “asesinos, narcotrafciantes y violadores” que son los mexicanos”.
Hija de la Generación del 68, esta humanista, feminista y medioambientalista es nuestra fiesta.
Una respuesta de nuestros Dioses.