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Mártires de libertad

La expedición del 14 de junio de 1959 fue un acontecimiento que la sociedad dominicana tiene que recordar siempre. Marcó el principio del fin de una de las dictaduras más despiadadas que ha tenido la región, como la de Rafael Leonidas Trujillo Molina.

El ansia de libertad era la principal arma con que contaban los dominicanos y extranjeros que desembarcaron por Constanza, Maimón y Estero Hondo para enfrentarse a uno de los ejércitos más poderosos de América Latina.

Con el control que tenía Trujillo eran remotas las posibilidades de un triunfo militar. Solo unos cuantos salvaron la vida de la saña con que la tiranía persiguió a los expedicionarios. Pero su sacrificio ni su sangre fueron en vano. El desembarco del que se cumplen hoy 57 años prendió como una chispa en la conciencia.

La liquidación de Trujillo, que se ejecutó el 30 de mayo de 1961, tuvo entre sus antecedentes a los mártires del 14 de junio. Esa expedición que hoy se conmemora tiene más trascendencia porque sus componentes eran profesionales y jóvenes de clase media alta sin más ambiciones que la libertad, la democracia y el bienestar de una nación víctima de una cruenta tiranía. El ejemplo de los valientes expedicionarios es digno del homenaje más solemne de los dominicanos que valoran el ejercicio de la libertad.

El Nacional

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