La renovación de las sanciones a Haití decidida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas explican y justifican los controles dispuestos por el presidente Luis Abinader en la zona fronteriza.

El régimen de sanciones establece un embargo a la compra de armas, la congelación de bienes de empresarios haitianos en el exterior y la prohibición para viajar al vecino país. La medida excluye a los organismos de la ONU y a la Policía de Haití.

Abinader había advertido que ni aunque el Gobierno haitiano suspenda la canalización del río Masacre dejará sin efecto las medidas para regular el intercambio comercial y la migración por la frontera. Se supone que con los identificadores biométricos no debe existir el menor inconveniente, pero no ha sido el caso.

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La ONU ha explicado las razones de Abinader para sellar la zona. Así las cosas, se le ha pelado el billete al Gobierno haitiano y a los sectores que han presionado a Abinader para que baje la guardia en la zona.

Además de no ceder ni un ápice, el mandatario advirtió que todo el que ingrese a territorio dominicano para adquirir mercancías tendrá que pasar, quiera o no, por los controles electrónicos.