La muerte del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, dada a conocer el 9 de febrero de 1973, ha vuelto sobre el tapete tras calificarse el suceso de homicidio.

Los familiares del coronel de abril, como se le llama, no han tardado en irrumpir en el escenario al solicitar una investigación para establecer responsabilidades. En el acta de defunción la Junta Central Electoral (JCE) certifica la muerte de Caamaño como homicidio.

La viuda del líder constitucionalista afirmó que si este fue asesinado, se trata de un crimen de Estado porque aquí no existe la pena de muerte. “Y si es un crimen de Estado”, expresó, “nosotros tenemos que establecer quiénes fueron, cómo fue y qué se hizo para que esto sucediera”.

En un encuentro con la prensa acompañada de su hija Dania, su abogado Salvador Paradas y su sobrino Claudio Caamaño Vélez aclararon que se conforman con una justicia histórica, que represente “un símbolo para todos los que perdieron parientes durante los regímenes de Rafael Trujillo y de Joaquín Balaguer”.

Tras la petición, sin emprender ninguna acción ante las instancias correspondientes, habría que ver cómo marcharían las cosas de ahora en adelante.