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Orto-escritura

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¿Quién creó el verbo transar?-

Con algún retraso, comento una inquietud del licenciado Alejandro Peralta Melo, joven abogado en quien se vislumbra un brillante jurista. Se trata de un uso del verbo /transar/ que le ha llamado la atención. Aparece en el siguiente titular de periódico: “Usuarios transan RD$624,792 millones a través de cajeros automáticos en 2021”.

La acción de transar conlleva la intervención de más de un actor, por lo que sospecho que ha resultado sorpresa para el profesional mencionado que a través de cajeros automáticos, cuyo uso es un acto solitario, se haya “transado” una cifra tan alta de dinero.

Estamos acostumbrados a la idea de que transar consiste en ceder o llegar a un acuerdo. Es voz de uso común entre profesionales del Derecho, hasta el punto de que éstos aseguran: “Es mejor una mala transacción que un buen pleito”.

Es decir, se prefiere ceder una parte de los reclamos con tal de obtener, sin extender la litis, una porción de aquello que se aspiraba. No siempre conviene esperar que el pleito llegue “hasta las últimas consecuencias”.

Me parece poco agraciada la definición que da el Diccionario de la lengua española del verbo transar. Lo primero es que sitúa su origen como “Derivado regresivo del vulgar “transación”. Esta última palabra es considerada vulgar porque se emplea en lugar de “transacción”. La acepción única de transar es la siguiente: “intr. Am. Transigir, ceder, llegar a una transacción o acuerdo”.

La inicial /intr./significa intransitivo y /Am/, América. Merece explicación eso de “derivado regresivo”. Lo intento: en la teoría gramatical, se tiene como derivación regresiva la cual se usa para justificar la formación de vocablos más simples que las palabras de las que proceden: legislar, de legislador, o desliz, de deslizar.

La /transacción/, dice el Diccionario académico, procede del latín tardío “transactio”. Significa acción y efecto de transigir. f. Trato, convenio, negocio.

Lo extraño es que el sustantivo transacción consista en la acción y efecto de transigir y no de transar, con el cual guarda relación morfológica. Pero ya fue dicho antes: transar deriva del vulgarismo “transación”. Esta palabra no aparece en el Diccionario académico. La que aparece y tiene origen explícito es “transacción”, que como es sinónimo de trato, convenio o negocio demanda la interacción de más de una persona, lo cual no parece aplicable a una operación de cajero automático.

El verbo transar, y su forma pronominal transarse, es un americanismo, sin embargo, no aparece en el Diccionario panhispánico del español jurídico, obra de RAE-ASALE.

Procede examinar lo que dice al respecto el Diccionario del español dominicano, publicación de la Academia Dominicana de la Lengua: “Llegar a un acuerdo, avenirse con alguien”. Y pone este ejemplo tomado de la novela “Candela”, de Rey Andújar: “Mientras tanto, Aceituno transa con Neymara ella le dice vente nene y él se derrite por lo cantado del acento”.

En la segunda acepción, que no difiere de la anterior, el DED incluye una cita de la obra narrativa “Sueños de salitre”, de Carmen Imbert, para enfatizar en la condición de pronominal de este verbo, y dice: “Se transó por una relación roma, privada de estridencias corporales”.

Una tercera acepción se refiere a transigir, ceder. El Diccionario dominicano cita a Iván García Guerra: “Los rígidos mecanismos de su educación militar acabaron con las preguntas y con la intención de transarse y exigió…”
Todo indica que el empleo del verbo transar, aplicado a operaciones de cajeros automáticos, corresponde a una creación semántica del español local. Y es reciente.