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Es mandatorio: dobles signos de interrogación y admiración

Es mandatorio: dobles signos de interrogación y admiración

El artículo del pasado domingo (16 de abril) fue enviado al editor de Semana con el título “¿El mortero que descorteza? Oh, no…”. Pero en la edición digital, la cual uso para reenviar el artículo a grupos de lectores, apareció sin el signo de interrogación de inicio. Pese a la vergüenza y el riesgo de caer en malas lenguas, lo envié a unos pocos.

El hecho de que un escritor que predica el buen uso de nuestra lengua escriba una oración interrogativa sin el signo de interrogación delante, aunque lo use al final, resulta una herejía y una descalificación para ese autor de seguir dando recomendaciones en torno al buen empleo de la lengua española.

Es cierto que el español es la única lengua que utiliza dobles signos de interrogación (¿?) y admiración (¡!), es decir, los coloca al principio y final de la expresión. Este uso facilita la lectura porque los signos procuran que la lengua escrita transmita las entonaciones y modulaciones de la lengua hablada.

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Sobra decir que el signo de interrogación indica que lo escrito se trata de una pregunta y que hay, en consecuencia, que leerla con entonación interrogativa. Resulta incómodo leer públicamente una frase y al final darse cuenta de que encierra una interrogación. Siempre será más fácil la inflexión si aparecen los dos signos.

Lo mismo, cuando la oración sea exclamativa, lo cual puede conllevar la impartición de una orden, un insulto, un saludo emotivo, así como la expresión de sorpresa, asombro, alegría, mandato, algarabía. El signo delante indica al lector, locutor, declamador, que debe asumir el tono propio de las citadas funciones sicolingüísticas.

dobles signos de interrogación y admiración

Además de ayudar a la adecuada lectura de un texto, los signos de interrogación (¿?) y exclamación (¡!) al principio y final de la oración son de carácter obligatorio. Otras lenguas, el inglés, por ejemplo, sólo emplean estos recursos al final de la frase. Allá ellos, cada uno con lo suyo. Pienso que es más prudente que otras lenguas imiten del español el uso de estos signos, que dejar nosotros de usarlos como manda la norma ortográfica.

“Es, pues, incorrecto suprimir los signos de apertura (¿ o ¡) por imitación de otras lenguas en las que únicamente se coloca el signo de cierre”. Esto consigna el Libro de estilo de la lengua española, publicación de la Real Academia Española, 2018, página 117.

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Hay un uso tolerado de estos signos en el que aparecerá solo el de cierre (?) (¡), siempre entre paréntesis. Con el de interrogación se expresa duda y con el de exclamación sorpresa o ironía. Ejemplos: El líder que obtuvo el 5% en las pasadas elecciones será el próximo presidente (?); En la realeza europea predomina la sinceridad y honradez (!).

Conviene citar un párrafo de la doctrina lingüística: “La puntuación tiene como fin primordial facilitar que el texto escrito transmita de forma óptima el mensaje que se quiere comunicar. Para cumplir este objetivo básico, el sistema ortográfico dispone de signos que desempeñan principalmente tres funciones:”

Esas funciones atribuidas a los signos de puntuación son: Indicar los límites de las funciones lingüísticas, Indicar la modalidad de los enunciados e Indicar la omisión de una parte del enunciado.

La cita corresponde a la Ortografía de la lengua española, uno de los libros sagrados de nuestro idioma, edición 2010, página 282.Lo citado se refiere a todos los signos de puntuación (punto, coma, paréntesis, punto y coma, guiones, y por supuesto los que indican interrogación y admiración). Ni los autores ni los editores de textos para libros o publicaciones periódicas deben aceptar la dictadura del diseño, si esto conlleva suprimir signos vitales de nuestra lengua. Los signos de interrogación y admiración al inicio y final de la oración es mandatorio en español.