En la Casa Blanca ha surgido preocupación sobre la reacción del dictador ruso Vladimir Putin a raíz de las sanciones por la agresión militar a Ucrania.
Asesores del presidente estadounidense Joe Biden temen que por la asfixia económica Putin redoble la apuesta militar y decida ampliar la guerra.
The New York Times consideró que el debate en torno a las próximas maniobras de Putin está relacionado con “una urgente reexaminación de las agencias de inteligencia sobre el estado mental del líder ruso y si los dos años de aislamiento por la covid-19 han alterado sus ambiciones y apetito por correr riesgo”.
No hay que ser un psiquiatra para entender que Putin puede estar perturbado por los imprevistos de la invasión a Ucrania.
En las últimas horas Rusia y Ucrania han celebrado negociaciones con muy pocos avances para establecer corredores humanitarios.
De parte de Ucrania prima la desconfianza pues ha comprobado en el terreno que Putin no cumple los acuerdos.
A medida que pasan las horas la incertidumbre no hace más que crecer dado que el dictador ruso no ha descartado ninguna opción si las sanciones económicas se endurecen más.