Cuando se complete la instalación de las casetas, en lo que todavía se trabaja, la Feria del Libro iniciará su luminoso recorrido cultural por espacios y centros habilitados en la Ciudad Colonial. El protocolo, discursos, reconocimientos y la dedicatoria cederán su lugar al gran protagonista del evento, que no es otro que el libro.
El eslogan que identifica la feria “Ven al libro” tiene que ocupar su espacio en lo que desde el primer evento se ha bautizado como fiesta de la cultura.
El libro, que es conocimiento, entretenimiento, aliento y mucho más, ha sido el principal aliado del desarrollo. Gracias a él y la palabra impresa los descubrimientos y la cultura se han transmitido de generación en generación.
Después de dos años de ausencia la feria presencial llena una suerte de vacío en una sociedad que por la pandemia sanitaria perdió los contactos con el exterior. El evento está dedicado a la Unión Europea y a los escritores dominicanos fallecidos Pedro Peix y Carmen Natalia.
El esfuerzo que ha supuesto para el Ministerio de Cultura esta 24 Feria del Libro merece que se recompense con un amplio respaldo, pero sobre todo con la lectura de obras de cualquier género.
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Las muchas herramientas informativas no colocan la buena lectura en un segundo plano. Los inconvenientes registrados en los primeros días tienen que ser superados cuanto antes para que la feria llene su cometido como propulsora de la lectura y la cultura.
